domingo, 5 de diciembre de 2010

Pasos hacia octavos

ROMA -- Inter, Milan y Roma, los italianos empleados en la UEFA Champions League, en esta cuarta fecha europea lograron sumar todos los resultados posibles: los nerazzurri cayeron en Londres ante Tottenham, por 3 a 1, el Diávolo cosechó un 2 a 2 en San Siro ante Real Madrid y los capitalinos obtuvieron una fundamental victoria en cancha de Basel, gracias a un sufrido 3 a 2.
Si bien la suma de los tres desafíos nos debería dar un resultado neutral, en realidad lo que dejó esta jornada fue positivo para el Calcio, puesto que los dos equipos en mayor dificultad lograron sumar y eso era justamente lo más importante para el fútbol italiano, mirado en la perspectiva de verlos a los tres en octavos de final.

Claro, de esta manera difícilmente algún italiano logrará pasar primero, porque también el conjunto de Benítez, por culpa de los tres goles sufridos en el desafío de ida ante los ingleses, en este momento se encuentra en desventaja y arriesga mucho en ese marco.


Inzaghi fue el hombre del partido: logró dos tantos y un récord


Sin embargo, en este momento de dificultad, era de importancia vital lograr ver señales de reacción y de recuperación por parte de los rossoneri y de la Loba, que se vieron claramente en el empate ante el potente Real Madrid por parte del Diávolo y en el triunfo de carácter de los giallorossi en Suiza.


X MAN

La noche de San Siro fue decidida por un superhéroe, que llegó en el momento más difícil para ayudar al más débil: "SuperPippo" Inzaghi, un muchacho de 37 años que, en media hora de juego, sometió al gran Real Madrid de Mourinho, con dos goles de pura marca italiana.


Como en todas las historias fantásticas, también en ésta no podía faltar el uso de "superpoderes": así, primero nuestro héroe utilizó su característico "magnetismo" para atraer el balón y anotar el 1 a 1 (no caben dudas de que la pelota, eterna enamorada de Inzaghi, con cualquier otro atacante en el área no hubiera hecho ese increíble recorrido, error de Casillas incluído, para llegar justo ahí, adelante del arco vacío).


Después, como el mejor de los X-Men, ensayó su "invisibilidad" para que el juez de línea no viera su posición adelantada y, con un toque simple pero perfecto, selló el momentáneo 2 a 1. En realidad, más que un "X-man" aquí tenemos un LXX, que en números romanos significa 70: como los goles que SuperPippo anotó en las competiciones europeas, sellando un nuevo récord al superar a Gerdi Müller y Raúl.


Más allá de la fábula Inzaghi, Milan vs. Real Madrid fue un partido difícil para el Diávolo, que empezó sufriendo porque se aplastó demasiado. Los merengues, sin levantar mucho el ritmo, lograron dominar encontrando espacios en esas zonas que a menudo venían abandonadas por Pato y Ronaldinho, para recibir en soledad y conducir el balón de frente al arco, esperando los cortes de los delanteros o el juego de cadenas de los marcadores e punta.


Los locales necesitaban algo que los despertara y, paradójicamente, lo encontraron con la ayuda del más temible de sus rivales, Cristiano Ronaldo: en efecto, el portugués se dedicó más a lucirse como un "Pavo Real" que a ser productivo para Real Madrid y, a mediados de la primera etapa, simuló vergonzosamente un golpe a la cara que nunca existió. Eso calentó los ánimos de Milan, que desde ese momento tuvo una grandísima reacción de orgullo.


En ese periodo, el Diávolo emparejó la situación y sumó dos chances claras con Ibrahimovic y se vio anular injustamente un gol de Pato por un inexistente off-side. Sin embargo, al último minuto del primer tiempo Higuaín metió el 1 a 0 y todo parecía perdido para los locales.


En el complemento, la visita venía nuevamente dominando, pero al minuto 60 Allegri tuvo finalmente el coraje de hacer un cambio, que todo San Siro festejó con un grito de batalla y un largísimo aplauso: adentro Inzaghi por un pésimo Dinho, quien siempre fue anticipado por Sergio Ramos.


Lo que pasó después fue pura magia, hasta que al tercer minuto de descuento el recién entrado León encontró un golpe afortunado por debajo de las piernas del culpable Abbiati, rompiendo el encantamiento. Ese tanto hizo justicia, porque Real Madrid no merecía perder y también lastimó mucho a Milan: lanzado hacia la Luna, el Diávolo tuvo que pararse a mitad camino, con la desilusión de una chance desperdiciada.


Pero ese gol los deja a Allegri y a sus muchachos en una justa dimensión, entre un premio por haber finalmente luchado y una pena para estimularlos a seguir trabajando.


EXCUSAS Y JUSTIFICACIONES

Al analizar el partido de Inter en Génova, subrayamos como Gasperini fue hábil en encontrar la manera para que su equipo jugara un gran encuentro, a pesar de las muchas ausencias lo obligaron a plantear un esquema nuevo y totalmente diferente a sus costumbres.


También dijimos como, probablemente, a posiciones invertidas tantas ausencias hubieran valido como excusas para explicar una caída o una mala performance. Así fue en efecto, puesto que se tardó poco en justificar con el amplio elenco de la enfermería la derrota de los nerazzurri en cancha de Tottenham.


Sin dudas, son muchos los jugadores que no están a disposición de Benítez y, por encima, casi todos concentrados en la línea de los volantes. Además, la lesión durante el match de Muntari complicó todo y el técnico español tuvo que rascar "el fondo del barril", agarrarlo al debutante Obiora Nwankwo y tirarlo de golpe en una arena repleta de leones.


Una situación complicada, que puede explicar las dificultades físicas mostradas por Inter frente a Tottenham, que lo aplastó con una intensidad monstruosa. Pero hay que admitir que la visita sufrió especialmente sobre el plano táctico, porque los ingleses aprendieron muy bien la lección de la ida y encontraron la vía para atacar a los nerazzurri: una serie de movimientos bien aplicados sobre la franjas que le quitó referencias a sus rivales.


En ese marco, el entrenador nerazzurro se equivocó totalmente y no preparó bien el partido: como primera cosa, con tantas ausencias en una particular zona de la cancha, la idea de cambiar tipo de alineación y proteger la zona debilitada hubiera sido un buen remedio.


En la ida se había visto claramente que la fuerza del rival es el juego sobre las franjas, con el fenomenal Bale y el muy dinámico Lennon. Así, en condición de visitante y con la misión de defender el primado en la tabla, quizás hubiese sido más lógico y funcional defender las rayas, por ejemplo jugando con Santón y Zanetti aleros en una línea de cuatro volantes.


Como segunda cuestión, aún sin cambiar ninguna de las decisiones iniciales de Rafa, para emparejar el partido hubiera alcanzado con anticipar el ingreso de Milito. En efecto, con su ingreso Inter mejoró porque tuvo una referencia en la delantera y un apoye para treparse en la cancha.


Roma se quedó con los tres puntos ante Basel


Benítez siguió por su camino, a pesar de las condiciones generales de su equipo, del adversario que debía enfrentar y de tener que jugar lejos de casa, en una cancha difícil y en una ciudad que es un verdadero templo de fútbol mundial. Por eso Inter perdió y, sobre todo, por eso el equipo fue dominado. Un error fatal, del que el técnico y su equipo deberán aprender: sin dudas no es fácil aceptar una derrota, sobre todo si tan contundente. Pero las caídas en el fútbol son lecciones y aprender de ellas es el único camino para mejorarse.


SUFRIÓ PERO GANÓ

Roma sufrió muchísimo en cancha de Basel, pero no más de lo que fatigó Bayern Munich en ese mismo césped. Al revés, los giallorossi metieron tres goles y, en general, merecieron el triunfo, mientras que los alemanes necesitaron de dos clamorosos goles en contra en los últimos diez minutos para sumar en Suiza.


El partido no fue como Ranieri y sus muchachos se lo esperaban, porque los locales bajaron para meter presión desde el inicio y no para esperarlos y jugar a la contra. Así, con la dificultad para eludir el "pressing" adversario y salir jugando, el Duque de Testaccio le pidió a Ménez de pararse en posición de "diez", con Simplicio, De Rossi y Perrotta sobre el círculo central para cortar en el medio y darle solidez al equipo.


La movida funcionó porque, tras algunos minutos de sufrimiento y de ocasiones para los locales, la Loba se adueñó del trámite y enseguida encontró el gol de la ventaja, con un tanto de su talentoso francés, sin dudas la figura del match.


El 1 a 0 le dio confianza a la visita y le cortó las piernas a Basel. Así, Roma empezó a jugar un buen fútbol y a coleccionar chances de gol, hasta que Riise se ganó un penal y Totti pudo sellar el 2 a 0, su primer gol en esta temporada atormentada.


Debía ser el golpe del nocaut, en cambio fue la condena de los hombres de Ranieri, quienes se ilusionaron de poder administrar el resultado, congelar el partido y regresar a casa sin más fatigas, una actitud que le permitió a Basel retomar el dominio.


Los locales volvieron a someter a Roma con una presión infernal que les valió el descuento. La visita se dejó dominar tanto que no lograba más salir, aplastada por el entusiasmo de los suizos. Sin embargo, por suerte el cansancio de semejante ritmo se sintió en las piernas de los locales y los giallorossi encontraron la vía del 3 a 1, anotado por el debutante Greco al primer balón tocado por el muchacho.


El ulterior descuento puso miedo, pero al final los capitalinos lograron aguantar con corazón y decisión. La misión fue cumplida y así la loba dio un gran paso adelante hacia su plena recuperación.


Federico Manfredo nació en Buenos Aires, pero vive en Italia desde 1998. Allí comenzó su carrera periodística, en medios radiales y televisivos. Desde setiembre de 2009 es el corresponsal en Italia de ESPNdeportes.com. Consulta su archivo de columnas.


Carlos J. Rueda S.

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Sección: 1

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